Hoy tuve una gran experiencia. Un acontecimiento por mucho extraordinario. Un acontecer que estremeció mi pensamiento.
Y mientrás esto sucedía mi cuerpo se encontraba completamente perdido, en una distancia por mucho lejana, en una separación vasta y profunda. Mi cuerpo en letargo; mi mente en un cálido estado.
Tomé entonces un ínfimo instante, un tenue segundo. Era necesario tomar un pequeño momento para contemplar y comprender lo que en este estado sucedía. Y es después de esta pasua que ya todo lo entiendo. Allí en lo profundo, en la inmensidad de la sumersión, me infecto de lo insensible. Reconozco a mi cuerpo entre sueños intensos.
Caliente y entumida mi carne se petrifica en una posición fetal. Me enceuntro en un mundo de extrañas fantasías. Y allí, aquí - quién sabe dónde -, sin algún movimiento, sin ninguna conexión, paradójicamente escucho un sonido. Detrás de mí se emite una voz que activa mi ser y despierta mi esencia. Mas sin embargo mantengo mis nexos somáticos completamente mutilados.
La voz desvanece después de mi nombre, después de un adios. Y entonces mi ser da la vuelta a buscarle, sin necesidad alguna de mis negras pupilas. Observo una masa translúcida verme, me "ve" y me habla, me habla y se ríe.
Un espectro contemplo burlarse y reírse. Su forma es aquella de un ser humanoide, cual si fuese su masa una invisible silueta de líquido amorfo.
Y es así que aquella figura mantiene su risa hasta que esta se convierte en una horrible carcajada distorcionada y desgarradora.
Tan impactante es la sensación de escuchar su sonido, que me percato de que su existencia es incluso más real que la de mi cuerpo inerte y dormido.
Mi cuerpo en letargo; mi mente en un solo existente.
Mi cuerpo en letargo; mi mente en un fragmento de esencia.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario