Comienza a fluir un veneno mortal; un virus letal que no sabe de dichas; la sombra de arenas que impiden mi andar.
Hoy me odias, yo te amo sin fin. Un trazo de luz en la noche sin fin. Luna perpetua que ocultas mi herir. Espero lograr una cálida huida. Por siempre fugaz en un viaje sin dudas. Un día sin temor ni promesas de amor. Hoy que este misterio se infecta en dolor, consigo callar mi ternura en la voz.
Ya pronto aparece; me muestra mi rostro tan tenue y tan débil. La misma silueta que infecta mi mente. La duda perpetua que no sabe amar. Consigo mirar una frase en lo ingenuo, tan llena de dicha y tan llena de miedo.
Palabras más, palabras menos. Un mismo silencio que oculta el amor.
Una sombra tan bella se mira a lo lejos. Un horizonte infinito en lo etereo. La luz se diluye... al vernos andar.

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