Debajo, siguiendo el curso de los días. Puedo ver alrededor, como la carne se humilla. Puedo ver también así lo mismo en mi interior. Ahora, veo un camino trascender. Mi esencia evoca la inocencia. Mi mirada invoca la maldad.
Ahora puedo comprender. Cuando mi deseo se desvanece, mi identidad se disuelve. Se disloca la estructura de mi yo. Me disuelvo así entre ríos de un olvido que es amargo y es un tanto mi placer.
Entre el devenir de los instantes, no queda rastro alguno de las viejas imágenes perdidas. Quiénes eran esos rostros?? De quiénes eran esas voces?? Todos me recuerdan a alguien conocido... muy familiar.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario