El tiempo antes de éste momento jamás existió.
Hoy que despierto, contemplo la brisa del aire cargada de sueños.
Intento mover mi cuerpo, mas observo que esta carne nunca ha sido mía.
Piel sintética y ajena.
Carne cálida en fríos movimientos.
Hoy despierto y veo a lado mío una hija.
Veo en sus ojos mis pupilas.
Veo en su rostro mi inmundicia.
Su nombre es tan bello cual el tiempo.
Su rostro es tan fugaz como su tiempo.
Hoy, que despierto, observo hacia el cielo.
Veo las nubes tan iguales, como en el tiempo de mis sueños.
Hoy que despierto,
Sé decir de la ilusión,
Que hasta éste momento había gobernado mi silencio.
Mi carne no responde más.
Mi tiempo no deja huellas ya.
El sonido y la visión,
son eternos paralelos.
Congelados en el tiempo,
que antes de éste momento jamás exitió.
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