domingo, febrero 21, 2010

Mis queridas máscaras

Un espejo diltado, confuso,
un objeto irracional.
Una persona muerta en una zanja inmemorial.
Un tesoro desnudado y persuadido de grandeza.
Un ritual de idolatría al viento efímero y el agua.

Máscaras profetas, piel ajena y de mentiras.
Red de insaciable deseo de eso que no soy.
Y en eso me convierto hasta el final de mis necesidades.
Infestación, destrucción.
Demonios rondando bajo la piel de mis hermanos.
Y en mis labios se sella el secreto turbio mejor guardado.
El odio, la rabia,
el reflejo de un demonio que se desgarra en silencio.

Así como se exaltan tus delirios,
dentro de mí se exaltan los mismos vicios,
multiplicados en lo absurdo de lo fugaz.
Hermanos en delirio,
Demencia de un vagabundo irracional.
Demencia que se acomoda en los ropajes de ese a quien tanto despreciamos.

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