Un fruto vano y paralelo.
Un torrente de palabras que atestigua a los imperios.
Acontecen los delirios de poetas y de niños.
Se estremecen los latidos de las madres y los hijos.
Se han llenado nuestras mentes de millares de palabras.
Y en el habla se ha grabado la embriaguez de nuestros signos.
¿Dónde queda el silencio panegírico?
A la diosa de la sabiduría,
que en la lengua se ha dormido.

1 comentario:
en ocasiones la embriaguez se trastorna a tal grado que el mundo le observa como la regla, la perpetua dicotomia entre la cordura y la locura; cual es cual?.
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