sábado, febrero 07, 2009

Distancias

Un paso menguante tan lleno de su arte.
La noche se erige en un cálido anhelo.
Me entrego a pensar que la niebla es tu miedo.
Mi entorno es tu sangre,
y en ella me pierdo.

La piedra se empieza a infectar de verdad.
No hay cálido espacio al temor ni la edad.

Por qué no lamento?
Por qué he de llorar?

Las noches construyen el verbo del miedo,
lamento profundo que no puedo dar.

Y en este paisaje comienzo a dejar,
de lado la niebla que empiezo a llorar.

No hay comentarios.: